Gracias al enorme esfuerzo de nuestros antepasados, podemos subir hasta la sierra y disfrutar de magníficos paisajes por unas pendientes suavísimas.
Eso sí, tropezando en los restos de las viejas traviesas de madera.
Os pareceré pesado pero: ¡Que maravilla de camino se conseguiría con cuatro perras!
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